En un mundo cada vez más exigente con la trazabilidad, la calidad y la sostenibilidad de lo que consumimos, la leche El Buen Pastor destaca por ofrecer un producto que no solo es nutritivo y sabroso, sino también transparente y comprometido desde su origen. Su corta cadena de valor es uno de sus mayores logros: un recorrido controlado, eficiente y de máxima calidad que va del pasto al hogar en menos de una semana.
1. La cadena de valor comienza en el pasto… y no en cualquier pasto
La historia de cada litro de leche El Buen Pastor empieza en Cantabria, una de las regiones con los mejores pastos del mundo, según estudios de la FAO, junto a zonas de Nueva Zelanda y Francia. Esta excelencia se debe a la riqueza y variedad de las plantas naturales que crecen en la zona, ofreciendo a las vacas una alimentación natural, equilibrada y saludable.
Aquí, en granjas de confianza y cercanas a la fábrica, los animales disfrutan de bienestar, atención y rutinas controladas que garantizan una materia prima de altísima calidad
El proceso continúa con el ordeño en instalaciones semiautomáticas, donde la leche pasa directamente a un tanque refrigerado que preserva su frescura. Gracias a la cercanía entre granjas y planta, los camiones recogen la leche durante la noche, y a primera hora de la mañana ya está en la fábrica, lista para ser procesada.
3. Tratamiento rápido, preciso y sin perder sabor
Una vez en la planta, la leche pasa por un proceso técnico riguroso pero cuidadosamente diseñado para conservar su sabor y propiedades naturales:
- Pasteurización a 32 °C durante 30 segundos para garantizar seguridad microbiológica.
- Centrifugado y desnatado, donde la leche se separa de la nata utilizando fuerza centrífuga.
- Homogeneización, que reduce el tamaño de los glóbulos de grasa para que la textura sea uniforme en cada sorbo.
- Tratamiento UHT mediante inyección directa de vapor, una técnica avanzada que conserva mejor el sabor respecto a métodos tradicionales.
4. Envasado de última generación y sostenibilidad
La leche pasa después por una moderna máquina envasadora, capaz de preparar hasta 8.000 litros por hora. Cada brick está fabricado con un 89 % de materiales reciclables y cuenta con un tapón de caña de azúcar, reforzando el compromiso medioambiental de la marca.
Antes de salir al mercado, cada lote se somete a análisis microbiológicos que aseguran que no hay presencia de microorganismos. Solo después de confirmar que todo está perfecto, la leche se libera para su distribución. Tres días después del ordeño, está lista. En una semana, ya está en tu supermercado.
Una cadena de valor corta que asegura frescura, confianza y sabor
La clave del éxito de El Buen Pastor es la cercanía entre el campo, la planta y tu hogar. Esta cadena de valor corta y eficiente no solo reduce el impacto medioambiental y los intermediarios, sino que también garantiza que la leche que llega a tu mesa conserva toda la esencia de su origen.
Cuando eliges El Buen Pastor, estás apoyando una forma de producir más humana, sostenible y honesta. Y eso, en cada sorbo, se nota.